José María Camarero, experto económico: "Si cobras 28.000 euros al año, casi 4.400 se van en IRPF y 10.150 en cotizaciones sociales, es un concepto un poco escondido"
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Llega final de mes y, con él, la nómina, ese documento que para muchos trabajadores parece un jeroglífico financiero. Entre bases de cotización, retenciones y complementos, entenderla se convierte en un desafío. Para arrojar luz sobre este asunto, el experto en economía de bolsillo, José María Camarero, ha desgranado en el programa 'La Tarde' junto a Pilar García Muñiz todos los conceptos. Como ha explicado Camarero, siempre hay que revisar la nómina, especialmente en la de final de año, que puede llegar con "desagradables sorpresas" como un ajuste en las retenciones que reduzca el salario neto.
Para ilustrarlo, Camarero plantea un ejemplo práctico: un trabajador con un sueldo bruto anual de 28.000 euros en 14 pagas. Sobre este salario, el experto detalla la considerable suma que se destina a impuestos y aportaciones. "Si cobras 28.000 euros al año, casi 4.400 se van en IRPF y 10.150 en cotizaciones sociales, es un concepto un poco escondido", afirma Camarero. La clave, señala, está en esas cotizaciones que a menudo pasan desapercibidas.
Las cotizaciones sociales son un porcentaje del sueldo bruto que se aporta a la Seguridad Social para cubrir diferentes "contingencias". Según detalla el experto, actúan como "una especie de seguro". El trabajador paga un 6,3% de su salario bruto, que se divide en aportaciones para contingencias comunes (un 4,7% para jubilación o bajas médicas), para el desempleo (1,5%) y para formación profesional (0,1%). En el ejemplo de un sueldo de 2.000 euros brutos, esto supone 127 euros al mes de aportación del empleado.
Pero el trabajador no es el único que aporta. La empresa también realiza un pago significativo que, aunque se refleja en la nómina, a menudo es desconocido. Esta aportación puede alcanzar "hasta un 30% adicional" del salario. Es un coste laboral que los empresarios deben asumir por ley y que se convierte en un "sablazo escondido" que, como advierten otros analistas económicos, la mayoría de trabajadores desconoce. A estas aportaciones se podrían sumar otras en el futuro, como la aportación obligatoria que afectará también a los autónomos a partir de 2026.
La otra gran deducción es la retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Se trata del tributo con el que más dinero recauda Hacienda y es un impuesto progresivo: "cuanto más ganas, más te van a retener", resume Camarero. El porcentaje exacto depende de factores como el salario, las circunstancias familiares o si se tienen varios trabajos. Para un sueldo de 2.000 euros brutos al mes, la retención sería de aproximadamente un 15,5%, lo que equivale a unos 310 euros mensuales destinados a pagar el IRPF.
Sumando todas las deducciones, ¿cuánto cobraría realmente el trabajador del ejemplo? De los 2.000 euros brutos, y tras restar los 127 euros de cotizaciones y los 310 euros de IRPF, el salario neto que llegaría a la cuenta bancaria sería de aproximadamente 1.563 euros. Una "buena tajada" que se queda por el camino, como señala Camarero, para cubrir impuestos y prestaciones sociales.
Para evitar sorpresas y tener un mayor control financiero, José María Camarero ofrece tres consejos prácticos. El primero es "mirar la nómina todos los meses" para comprobar que los datos son correctos. El segundo, y muy importante, es actualizar los datos personales como un matrimonio o el nacimiento de un hijo, ya que esto influye directamente en la retención de IRPF. Finalmente, el experto subraya la importancia de hacer planes con el dinero real del que se dispone: "Planificar siempre todo con el salario neto, no el bruto".
Otro aspecto que genera dudas es si las pagas extras están prorrateadas. Camarero aclara que esta es una decisión que depende exclusivamente del empleador. Aunque lo habitual en España son 14 pagas (doce mensualidades más las de verano y Navidad), la empresa puede decidir distribuir el salario anual en 12 pagas, integrando las extras en cada mensualidad, sin que el trabajador pueda elegir el formato.




